Bien
sabéis que la Sierra la conforman 20 municipios, de los cuales, solo 4
(Moraleja, Valverde, Cilleros y Gata), superan los 1.000 habitantes; tampoco
ignoráis que en la mayoría de esos municipio, los gráficos de población que
integran esas localidades tienen forma de pirámide invertida, una especie
de estatua con pies de barro donde los niños y jóvenes apenas podrán suplantar
la paulatina e inexorable desaparición de los mas mayores. Sin embargo, y
conociendo esos datos, no queréis ver las terribles e irremediables
consecuencia que ello tiene. Y por eso, yo os acuso.
Os acuso
de ignorar que, a medida que vaya desapareciendo la población, los inmuebles de
nuestra Comarca se irán deteriorando (como ya está ocurriendo), y, a la postre,
terminaran desapareciendo. Sin habitantes no habrá habitáculos y, muchos de
nuestros pueblos correrán la suerte de las ruinas de Salvaleón y, la Rosa de
Alejandría, será una flor en nuestra tumba.
Os acuso
de no anticipar que, a medida que se reduzcan los habitantes, habrá servicios
públicos y privados que ya no puedan prestarse por falta de rentabilidad o
usuarios y, como ya está ocurriendo, desaparecerán poco a poco los colegios,
los centros de salud, las farmacias, los autobuses, los taxis, las tiendas y
los bares. Desaparecerá todo, hasta el paisaje, pues sin interacción humana,
solo existe la selva. Sin
habitantes no hay demanda y sin demanda no hay oferta. Esa extinción paulatina
de servicios, infraestructuras, paisaje y negocios que, de no hacer nada, se
producirá inevitablemente en los próximos 25 años, provocará a su vez, un
deterioro aún mayor de la calidad de vida de los serranos que, se verán
prácticamente forzados por las circunstancias a abandonar sus pueblos, salvo
que decidan convertirse en heroicos "Robinsones Crusoes" a la
espera de la extinción total. La pérdida de calidad de vida acelerará el
abandono y anulará definitivamente la tasa de reposición demográfica abocando a
la gran mayoría de nuestros pueblos a su desaparición total. No os dais cuenta
de que vivimos una "emergencia comarcal" y no tomáis una sola medida
seria tendente a solucionarla.
Os acuso
de no querer reconocer a la Sierra
de Gata como una unidad competencial, administrativa y social con un problema
urgente, gravísimo y que afecta a su propia subsistencia. Y os acuso de
mantener unas estructuras administrativas estancas, municipales, sectoriales,
cortoplacistas, descoordinadas, burocráticas y ajenas a la realidad, ineficaces
y caras y, en definitiva, suicidas.
Os acuso de no captar que la actual estructura político-administrativa que
tenemos es ineficaz para dar soluciones globales a los
acuciantes problemas de Sierra de Gata ya que, los diferentes
organismos, carecen de verdadera vocación comarcal:
Por eso culpo a Mancomunidad de tener
competencias muy limitadas a ámbitos específicos sin poder abordar
estaturiamente la identificación, planificación y ejecución de planes globales
verdaderamente estratégicos para atajar la despoblación de Sierra de Gata.
Por eso culpo a Adisgata de, a pesar
de su vocación inicialmente integradora, haberse convertido (por
imperativo administrativo-legal) en un repartidor de fondos europeos siguiendo,
no un plan serrano, sino unas directrices generales de Europa y, de hacerlo con
un criterio cuantitativo en lugar de cualitativo: repartiendo euros a los
Ayuntamientos, cooperativas y empresarios en función de su importancia
numérica, bajo las directrices europeas antes mencionadas sin que estas puedan
ajustarse a un plan estratégico de la Sierra porque no lo hay.
Y culpo a los Ayuntamientos de
ser "compartimentos estancos" que apenas cooperan entre sí
cuando no, se hacen directamente la puñeta unos a otros. Cada uno sigue su
propios criterios, se dota de cuantas infraestructuras puede a corto plazo y
sin criterio solidario-comarcal, intentando arañar protagonismo para mayor
gloria de su, a todas luces, efímero recuerdo. No se consensua nada, no se
acuerda nada. El dinero que se invierte se hace de forma ajena a los intereses
comunes de la Sierra con una perversa miopía localista, ya se trate de
infraestructuras, festejos, servicios o comunicación.
Os acuso,
en general, de no identificar los problemas globales de nuestra Comarca y de no
buscar soluciones comunes y eficaces para combatirlos. Os acuso de no
querer ver que, en dos generaciones, y de seguir así las cosas, la Sierra
de Gata estará compuesta de unos pocos pueblos que agruparán los servicios
públicos y los negocios privados: Moraleja y Valverde resistirán como mini-ciudades
mientras el resto de localidades empezarán a caer en muy poco tiempo:
Descargamaría, Santibañez, Villasbuenas, Villanueva, Cadalso... Algunas como
Robledillo, Trevejo o San Martín, si tienen suerte, quizás puedan
convertirse en núcleos turísticos con vida esporádica en los periodos
vacacionales, algo así como las mas aisladas estaciones de esquí que, cuando
pasa la nieve, desaparecen. Como Trevejo, que ya vive en esa especie de
momificación demográfica. Serán localidades sin habitantes fijos, sin vida, sin
tiendas, sin servicios... El resto de los pueblos, en función de sus habitantes
y la edad media de los mismos, tardarán un poco mas o un poco menos pero, todos
sin excepción, pasarán a mejor vida antes de 50 años.
Os acuso
de no comprender que es totalmente prioritario para Sierra de
Gata fijar su población e
incrementarla, y que para conseguirlo hay que gestionar
nuestra Comarca como el nuevo
modelo de ciudad del S. XXI; un modelo ecológico,
sostenible, impregnado de naturaleza; un modelo residencial atractivo para
Europa que sería envidia de urbanistas como Le Corbusier, Niemeyer o Arturo
Soria: una ciudad integrada en la Naturaleza, con 20 distritos bien
comunicados, con servicios repartidos y gestionados eficazmente, con un paisaje
desbordante y cuidado, con turismo e infraestructura turística desarrollada,
además de la ya existente, con potencial infinito de crecimiento en cultivo y
ganadería ecológica y materias primas naturales, casi auto-abastecible
alimentariamente, con capacidad para multiplicar por 20 su población sin
aglomeraciones, simplemente facilitando la rehabilitación de sus inmuebles
actualmente abandonados, mejorando con ello el tipismo de nuestros pueblos
y el paisaje de nuestra naturaleza por efecto de su simple ocupación. Una
ciudad de mas de 1.000 Hectáreas y casi 25.000 habitantes pionera en su
concepto y modelo de gestión, con peso específico para negociar y en su caso
exigir, por calidad y cualidad, aquella colaboración necesaria de otras
administraciones supra-comarcales. Porque sin duda, la gestión y representación
de 25.000 habitantes seria una economía de escala política mucho mas
adecuada y efectiva que la
actual. La nuestra sería una ciudad con dehesa, con pinares,
con cereal, con huertos, con bosques de robles y castaños, con idiomas
diferenciados, con pantanos, con grullas, con caza, con pesca, con setas; una
ciudad con aceites de auténtico lujo, con queso, con vino, con cabrito, con
migas, una ciudad con fiestas, con tradiciones. Un espacio de vida amplio,
natural y de calidad. Una ciudad barata, acogedora, abierta a los forasteros,
abierta a los idiomas, a los artistas, a los intelectuales, a los ecologistas,
a los home workers; con poca burocracia, con seguridad, con un clima
fantástico, con piscinas naturales, con preciosos cascos históricos, con un
buen sistema de transportes, con hospitales, colegios e institutos repartidos
estratégicamente. Un lugar que podría ser administrativamente eficiente
gestionando como una unidad todos sus recursos. Una ciudad que facilitara al
máximo el asentamiento, que generaría trabajo directo con la rehabilitación de
inmuebles y los múltiples servicios que requerirían los nuevos residentes. Una
ciudad que, incluso se podría auto-abastecer energéticamente con agua, con
aire y con biomasa. Una ciudad que sería la 8ª de Extremadura por población y
la 1ª de Europa por calidad de vida, que tendría una sola voz para todas sus
gestiones, sus comunicaciones, sus influencias...
¿Suena
idílico? Pues no, es real, basta con dejar de pensar en 20 pueblos aislados que
agonizan y contemplar la Sierra de Gata como una unidad de gestión que responde
teóricamente al concepto de
habitabilidad sostenible de mayor calidad que se pueda plantear en nuestro
continente. Así de fácil. Y de económico, porque gestionar la
Sierra como una única entidad local generaría un impresionante ahorro de
recursos que podrían aplicarse para conseguir un entorno vital de excelencia.
¿O no sería un ahorro disponer de un único interlocutor representante de 25.000
habitantes frente a Mérida en lugar de hacer mas de 200 viajes y gestiones
de poca intensidad de nuestros múltiples ediles y representantes? ¿Que fuerza
tiene mi querido Alcalde de Descargamaría frente a, por ejemplo, la CHT, cuando
apenas representa a 150 ciudadanos?
Os acuso,
por último, y para no cansaos más, de no tener perspectiva
estratégica para sostener y no dejar morir el único proyecto de nuestra
comarca que entiende el territorio como una unidad: Sierra de Gata Digital.
No hay ningún otro canal que sea la voz, vista y oídos de todo el territorio.
Si este diario muere, pasaremos, también los ciudadanos, a tener una visión
local y fragmentada, no profesional, incompleta. Si este diario muere porque
las instituciones que nos gobiernan no estén dispuestas a asumir el ridículo
coste de 1,5 € al día, ya pueden empezar a doblar las campanas por Sierra de
Gata porque, una comarca sin una voz común, es una comarca muerta.
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