martes, 2 de febrero de 2016

¿LEVANTAMOS EL LUTO DE LA SIERRA ENTRE TOD@S?

   Al entrar en facebook, llevo unos días recibiendo mensajes sobre la necesidad de levantar el luto de la Sierra.
   Como afectado por el incendio que arrasó la finca donde vivo, he tardado varios meses en vivir el DUELO y superar el TRAUMA. Pero ya hace tiempo que levanté el LUTO.
   Tras levantar el luto, decidí que mis trabajos en relación con nuestra finca se tenían que centrar en PREPARAR LA FINCA PARA EL PRÓXIMO INCENDIO, dado que las circunstancias indican que en el año 2003 se declaró un gran incendio de características similares. Y que entre 2001 y 2013, último año con estadísticas oficiales definitivas, hubo más de 1.300 incendios forestales en la comarca de Sierra de Gata.
   Tras volver a levantar los dos cobertizos quemados, esta vez recubriéndolos de chapa metálica, me dediqué a enterrar los cerca de 600 metros de tubo de goteo quemados y repuestos, y a proteger con barreras de piedras las tomas de agua. He podado todas las ramas de los árboles próximas a edificaciones o instalaciones, he arrancado plantas, esparcido gravilla… Aún me queda mucho por hacer.
   Y dado que la experiencia me dice que en caso de incendio no va a venir nadie a ayudarnos a controlar el fuego, estoy tratando de conseguir un par de equipos de bomberos de segunda mano para estar preparado; trajes, botas, guantes, mascarillas, etc. (A pesar de que vivimos en un valle muy bien comunicado, recorrido por una pista de cemento que permite el paso de dos vehículos al mismo tiempo. En este valle y próximas a dicha pista de cemento, existen unas 12 viviendas, tres de las cuales son residencias habituales en las que sus pobladores vivimos todo el año. Una de estas viviendas es además un centro de actividades donde se realizan actividades colectivas y se reciben huéspedes. Se supone que una vez declarado el incendio, las prioridades de atención por parte de los equipos de lucha contra el mismo eran: personas, casas, animales y monte. A las personas que vivimos en el valle no nos avisó del incendio ninguna autoridad competente.  Tampoco se puso en contacto con nosotros ninguna autoridad competente para ver si necesitábamos ayuda. Ninguna autoridad competente envió efectivos sobre el terreno para tratar de evitar que nuestras fincas ardieran. Hemos perdido viviendas y otras edificaciones, vehículos, infraestructura agrícola, frutales, etc.)
   Otra de mis líneas de trabajo tiene que ver con el hecho de que el discurso oficial de los responsables de la Junta de Extremadura en relación con la gestión del incendio de este verano, consiste en afirmar que la dicha gestión se realizó correctamente. De lo cual se deduce que no hay nada que corregir. Pero el caso es que un bombero del SEPEI de Plasencia afirma que: “Parte de los medios desplazados desconocían la zona, la estructura urbanística de las poblaciones, los medios de prevención existentes (bocas de incendio y diferentes puntos de abastecimiento de agua) y vías de aproximación al fuego o vías de escape. La Jefatura del SEPEI, no se situó de inicio en un Centro de Coordinación, movilizando al personal del que disponía de forma caótica que llevó a situaciones de grave peligro para el personal  y también mantuvo personal inoperativo durante tiempo en el que se podía haber ayudado al control del incendio. Faltó avituallamiento de sólido y líquido al personal de extinción en varios casos. El helipuerto de Hoyos disponía de varios aparatos pero en algunos casos, algún técnico necesario tuvo problemas para llegar por estar cerradas al tráfico por la Guardia Civil determinadas carreteras. Se podría haber habilitado otro lugar para los helicópteros lejos del humo. La Jefatura del SEPEI pudo disponer de más personal de bomberos por ofrecimiento de los propios profesionales pero no hizo caso. Con todo ello, el personal del SEPEI, al igual que el resto de servicios de la Junta de Extremadura o de Tragsa, trabajó en muchos casos más de 20 horas seguidas por persona en condiciones penosas.”
   Por todo esto y por muchas otras denuncias de casos de abandono y/o de mala gestión, no me conformo con el discurso oficial y lucho, desde la Plataforma Sierra de Gata, para tratar de que se asuman los errores cometidos, se aprenda de ellos, se corrijan y mejoren los protocolos de actuación en la lucha contra los incendios forestales. Solo así será posible levantar y apartar la sombría y pesada losa luctuosa que se cierne sobre nuestro futuro colectivo.
  

   Pedro Eizaguirre Massé

PLATAFORMA SIERRA DE GATA

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